Algo muy importante en el tema de seguridad es la instalación de un cerco perimetral, pudiendo ser fijo o portátil, que sirva para impedir el acceso a la piscina a los niños y animales de compañía. Pueden tener una o varias puertas de acceso provistas obligatoriamente de cerraduras de seguridad manuales, automáticas, magnéticas o de doble cerradura, diseñadas para que los niños menores de cinco años no puedan abrirlas aunque las manipulen.
Existen todo tipo de barreras en el mercado. La mayor parte tienen postes de aluminio termolacado, anodizado o galvanizado fijados en el suelo a una distancia determinada que mantienen paneles de PVC, mallas metálicas, acero o cristal traslúcido. Si se quiere lograr otro tipo de estética, se pueden poner de madera, siendo recomendable utilizar madera noble tropical para una mayor duración.
Con ello se consigue la tranquilidad de saber que los niños pasean por el jardín sin peligro de caer a la piscina.
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