La medicina naturista indica que es importante para la salud el contacto con la naturaleza. El sol, aire libre, tierra, y agua ejercen un efecto positivo sobre el organismo, y su ausencia durante largos periodos de tiempo produce un debilitamiento que puede ser causa de enfermedades.

La hidroterapia utiliza las características químicas, mecánicas y térmicas (almacenar y transmitir estímulos térmicos: frío-calor) del agua, para generar de forma local o general, una serie de reacciones en el organismo que pueden ser aprovechadas para el tratamiento y/o prevención de diferentes enfermedades.

Cualquier estímulo térmico sobre la piel crea una respuesta local en la circulación sanguínea superficial, repercutiendo, a través del sistema nervioso en una respuesta más profunda de músculos, vísceras y circulación general en todo el cuerpo. Gracias a estos cambios el cuerpo funciona y se recupera en caso de no estar sano.

La hidroterapia, se basa en la vasoconstricción sanguínea debida al enfriamiento del cuerpo caliente produciendo como reacción inmediata, la vasodilatación, la cual aumenta la circulación sanguínea. Ésto elimina sustancias patógenas, disminución de dolor, aumenta el aporte de oxigeno y logra la relajación.

La hidroterapia se puede aplicar de forma externa, utilizando y aprovechando la fuerza y propiedades del agua, o de forma interna, mediante el consumo regulado y controlado de aguas medicinales o de manantiales con características y propiedades específicas. Dependiendo de la dolencia que se quiera tratar o prevenir, se variarán los métodos de aplicar el agua.

Todas las técnicas basadas en la hidroterapia, aparentemente inocuas pueden causar grandes efectos en el cuerpo humano, por lo que es recomendable que se realicen bajo vigilancia médica, ya que, por ejemplo, en pacientes con enfermedades cardiovasculares, se podría sufrir una descompensación.