En las duchas el agua sale dividida en varios orificios, a diferencia de los chorros donde sale por un único agujero. Existen diferentes tipos de duchas según la presión y la temperatura. A continuación se exponen los diferentes tipos de duchas más comunes:
Ducha babosa: la característica principal de esta ducha es que la presión de salida del agua es prácticamente nula. Con ello se persigue que el agua caiga idénticamente por toda la zona a tratar. La duración es de 10 a 15 minutos con una temperatura del agua entre templada y caliente. Esta ducha relaja y tranquiliza al paciente.
Ducha de lluvia: la presión es mayor que la anterior, así como el número de agujeros, los cuales deben ser de 1 milímetro de diámetro. El tiempo de aplicación son los 5 minutos, con una temperatura templada o caliente.
Es recomendable empezar la ducha por los pies e ir subiendo hasta los hombros, descendiendo por el lado contrario. El resultado es similar al anterior: la relajación del usuario.
Ducha filiforme: la presión de salida del agua vuelve a aumentarse, debido a que los agujeros son menores, de 0,5mm de diámetro. Esto puede ser molesto para algunas personas. La duración recomendada es de 4-5 minutos.
Esta ducha es buena para relajar los músculos, sobre todo las contracturas musculares.
Ducha escocesa bitérmica: como su nombre indica se juega con la temperatura del agua, al principio es agua a temperatura templada, la cual va aumentando hasta los 40º C, disminuyendo a continuación hasta los 20º C. La duración indicada es de 15 minutos, logrando estimular la circulación.
Ducha nebulizada: ducha de agua fría pulverizada que crea una envoltura alrededor del usuario.