Se obtienen del agua, las algas y el aire. Se sabe que el entorno marino y el agua del mar, contienen más de 80 elementos necesarios para el funcionamiento del cuerpo humano. Algunos son antivirales, antitumorales y antibacterianas.
El plasma sanguíneo presenta una composición similar a la del agua del mar. Las propiedades del agua del mar se pasan al organismo a través de un proceso que ocurre en todas las células y tejidos continuamente: la osmosis. Este proceso se basa en la diferencia de concentración: el agua pasa por difusión desde zonas con bajo nivel de sales, a zonas donde se hallan elevadas concentraciones, a través de una membrana semipermeable, logrando el equilibrio de concentraciones entre las dos zonas.
La temperatura corporal (35 y 37º C) facilita el proceso de osmosis, por ello se juega con las temperaturas de agua, facilitando la absorción a través de la piel de los elementos del agua marina, como el yodo y el sodio, y así conseguir su renovación en la sangre. El efecto de masaje relajante se logra gracias a las olas.
Las algas marinas al nutrirse del mar, almacenan todo tipo de sustancias marinas. Tienen vitaminas A, B, C, E, F y K, proteínas, un alto contenido en calcio y hierro y un gran número de minerales. Gracias a la aplicación de las algas, el organismo obtiene vitaminas, y propiedades antitumorales, antioxidantes, antibióticas, antivirales, retrasando el envejecimiento cutáneo.
El aire del mar, al estar lleno de gotitas de agua de mar, es también rico en ozono y yodo, con propiedades relajantes y antibióticas, aumentando las defensas del organismo.